Mucho se ha escrito y trabajado a favor de los héroes del personal de salud que han enfrentado la pandemia del #covid19mx; médicos, enfermeras, camilleros, trabajadoras sociales, técnicos, laboratoristas, terapeutas, etc. Muchos de ellos han dejado a un lado sus actividades familiares y personales, haciendo frente con pasión y vocación, teniendo en cuenta atención de pacientes dentro y fuera de hospitales.
Son numerosos los casos en los que han preferido dejar de regresar a sus hogares para evitar ser detonantes de contagios para sus familias. Estas largas ausencias, junto con el estrés propio de la situación, aunado a la falta de insumos para trabajar con seguridad son temas que trascienden a la persona y que son sufridos por sus seres queridos.
Existen muchos esfuerzos y grupos de profesionales que se encuentran brindando atención y apoyo emocional gratuito a los trabajadores, una muestra más de una sociedad civil solidaria y madura que es sensible a las situaciones tan diversas que se están presentando.
Sin embargo, casi nadie ha volteado a ver por sus familias, que finalmente son el motivante y base troncal de muchos trabajadores en aspectos emocionales, físicos y espirituales.
Todos esos cónyuges, abuelos, padres/madres, hijos, que en casa sufren la ausencia temporal del ser querido, viviendo bajo la incertidumbre del devenir de quien está en las trincheras jugándose la vida y salud; que como millones de familias tienen que enfrentar la nueva realidad de convivencia estrecha por las medidas de cuarentena.
Así es como surge esta iniciativa del Pontificio Instituto Juan Pablo II y Fundación Xanharu, a fin de acercar a profesionales de la orientación familiar con los trabajadores de la salud de la Ciudad de México.
La finalidad es brindar una atención dedicada, con calidad y excelencia a fin de determinar las necesidades y opciones de apoyo que se les pueden brindar a las
familias de los trabajadores. Nuestro mensaje es claro: Nos importas tú, y también tu familia; por lo que agradecemos la oportunidad de acompañar y orientar de la mejor manera para vencer esta emergencia sanitaria.
A través de nuestros contactos y de la página de la fundación, se recaba específicamente la información de las familias solicitantes.
Esta información es validada previamente y se garantiza tanto para el terapeuta como la familia una discrecionalidad absoluta, además de un canal de contacto en condiciones seguras. Si detectamos necesidades específicas, son canalizadas con nuestra red de profesionales de la salud emocional afiliados a fin de dar un seguimiento confiable a cada caso. Recordemos que,“incluso cuando Dios parece guardar silencio ante la opresión, la injusticia o el sufrimiento, sigue amando al ser humano y sale en su ayuda si es invocado”- Juan Pablo II
